Ámbar (II Parte)
21:42 | Author: Pabs
Se vistió lentamente, sin importarle que la sangre estuviera impregnada en su piel. Recogió las sábanas manchadas, y se dirigió hasta donde estaba el cuerpo de su "amante". Lo tomó entre sus brazos y Ámbar empezó a llorar desconsoladamente.
No era la primera vez que lloraba, ni tampoco era la primera vez que mataba a alguien.
Pero esta vez era diferente, ese hombre que yacía en el piso siempre había sido su amor, el hombre que siempre deseo desde lo más profundo de su corazón.
Estuvo así un cuarto de hora entre sollozos y suspiros. Luego se levantó sostuvo el cuerpo de su amante junto al suyo y lo llevó al patio de la mansión donde vivía.
Ahí entre una fosa previamente cavada envolvió al hombre inerte con las sábanas llenas de sangre y algunos otros líquidos resultados de la pasión de la noche anterior.
Lo deposito suavemente y lo cubrió poco a poco sin querer dejar de ver lo poco de su rostro que se podía apreciar entre las sábanas. Una pala de tierra, la segunda, la tercera y así hasta que su amor quedó enterrado.
Ámbar se devolvió cabizbaja al interior de la mansión, sintiendo su alma desgarrada, y su vida sin sentido alguno.
Su único consuelo era el tener dentro suyo toda la sangre de aquel que yacía bajo la tierra. De aquel al que por fin pudo seducir hacia sus brazos. Aquel que amó, que mató, y lloró. Toda esa sangre dentro de su cuerpo excepto la poca que quedó embarrada en las sábanas.
Todos esos sentimientos y emociones quedaron muy profundo, y escondidos así como el nombre de ese hombre, que sólo ella conocía por esos alrededores.
Resignada a la pérdida se sentó entre la maleza que se abría paso entre la fría baldosa ya degradada del suelo de su estancia favorita de la mansión. Ya ella sabía que eso iba a suceder, por eso lo hizo. Era ella o él. Y entre los dos escogió que fuera él. Al menos había una remota posibilidad de que sus esperanzas no murieran del todo.
Se puso en pie y subió al piso de arriba, paso retratos de figuras tristes, habitaciones vacías, escaleras podridas por la edad, camino por el pasillo hasta entrar a una pequeña habitación situada al final de dicho pasillo a mano derecha.
Una vez dentro observó la pequeña escalera de plata que relucía y que sin duda alguna no encajaba en el ambiente lúgubre de la mansión.
Asió la escalera y subió por ella con cuidado y lentamente, una vez arriba encendió una vela, esa vela que siempre estaba ahí y que sin explicación alguna nunca se gastaba sin importar el pasar del tiempo.
La tenue luz de la flama ilumino el pequeño lugar, donde Ámbar una vez más notaba con desencanto todos los tesoros de esa habitación de plata.
Se veían rosarios de piedras preciosas, escudos de algún material tan precioso como la luz de luna, y tan fuerte como el diamante, había artefactos traslúcidos de los que no se podrían decir su funcionalidad. Pero Ámbar se dirigió hacía un pequeño cofre de color azul, hecho de zafiro reluciente a la luz amarilla, lo abrió y extrajo un trozo de papel negro.
Ahí empezó a leerlo lentamente, se lo hecho a la bolsa, sabiendo que pronto lo debería regresar y apagó la luz...
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1 comentarios:

On 2 de julio de 2008, 16:13 , Unknown dijo...

Muy interesante la continuacion hehe me esta dejando intrigado esta historia pablito, solo hay una cosa q me deja un poco pensativo, pq al final d la otra parte ambar se muestra con una sonrisa macabra mientras ve al hombre morir, y luego sufre y llora pq era el unico q habia amado :P es lo confuso pq no tenia pq haberlo matado d ser asi o tener la sonrisa macabra :P pero bueno hehe creo q tendre q esperar a ver la continuacion hehe un abrazo