De mis deseos y sentidos
0:49 | Author: Pabs
Los dados están lanzados,
La suerte es sólo pasado,
Los pensamientos siguen siendo abstractos,
Pero las decisiones son firmes al tacto.

La benevolencia se ha acabado,
Y los humos se me han impregnado,
Los perros deambulan a mi lado,
Mientras te veo apretar fuertemente tus párpados.

Mientras el sol cae,
Me vuelvo más ignorante,
Mi ambición no ha dado resultado,
Pero mi decisión si que ha cambiado.

Cambio constante ha de hacerse,
Para no aburrirme, ni aburrir a la gente,
Para no depender de nadie,
En este tiempo en el cual estamos sedientos.

El espacio exterior se ha desintegrado,
Las riquezas de los reinos se han agotado,
El temor se ha ido propagando,
Desde tu interior hasta mis brazos.

Los corazones se construyen con andamios,
Así como en las catedrales de antaño,
Se forman nuevas figuras danzantes
Cuando el sol se sitúa en lo alto del valle iluminando,
Los coloridos vitrales de los arcos ojivales.

Las doncellas cantan y bailan,
Agitando sus ligeros trajes,
Recordando así imágenes
De las esperanzas y sus viajes.

Mientras a mi costado va resbalando el agua,
De la cascada solitaria,
Que brota de mis ojos,
Y me hace descansar de mis suspiros,
De mis deseos y sentidos.
Ámbar (Parte I Remake)
18:56 | Author: Pabs
Me posé sobre ella acariciándola con el dorso de mis manos, de una forma casi más amorosa, que apasionada. Fui recorriendo su cuerpo, sentí su cabello negro y largo entre mis dedos, sentí su cara suave y tersa, seguí con su cuello hasta llegar a sus senos, ahí me detuve un breve momento mientras la oía gozar de la experiencia. Iba a seguir bajando cuando me poseyeron unas ganas inmensas de saborear su piel además de sentirla.
Decidí que comenzaría con sus manos, pero justo en el momento en que pose su dedo índice en mis labios sentí un sabor a óxido o mejor dicho a hierro.
Entonces le preste más atención a sus manos y en ese momento la vi.-Se oyó el ruido de un teléfono al sonar.
-¿Aló, habló con el señor Aaron Montblanc?- habló una agitada voz femenina al otro lado de la línea, del teléfono que recién había sonado.
-¿Si, con él habla quién es?- pregunté sobresaltado.
-Disculpe que lo interrumpa a esta hora –voltee a mirar lentamente hacia la mesa de noche, mientras me restregaba el ojo izquierdo con la mano que tenía desocupada, y noté en el reloj que eran las 3:19 a.m-, mi nombre es Lucía de León.
-¿Qué se le ofrece, que sea tan urgente para que llame a esta hora? –dije un poco irritado.
-Le pido me disculpe nuevamente señor Montblanc, en estos momentos estoy tratando de salvar mi vida, ocupo verlo lo antes posible –Me dijo con una voz nerviosa y entrecortada-. Más bien creo que sería mejor mañana, ¿conoce la vieja Mansión Nemophila?
-¿Es la que está llegando casi al bosque de Frost River?-le cuestioné, ya un poco más despierto y nervioso.
-Si esa misma, lo espero mañana a las 10:00 p.m. por favor le suplicó que llegue es de vida o muerte para mí -Me suplicó-. Si no me cree vaya a la jefatura de policía de Frost River mañana y diga que está ahí por orden mía y que ocupa mi oficina, cuando nadie lo vea introduzca la siguiente clave “1-9-8-7” en la caja fuerte que está bajo mi escritorio y lea lo que hay ahí dentro –me dijo apresurada-. Lo tengo que dejar no puedo hablar más. Cuídese mucho y fíjese bien a su alrededor, nos vemos mañana por la noche.- y soltó el teléfono.
-¿Señorita?, ¿Lucía?- dije con la voz temblando, y traté de oír lo que pasaba del otro lado pero ya se había cortado la llamada.
Colgué el teléfono con el corazón latiendo muy rápido, y voltee a ver la hora eran las 3:23 a.m. por lo que la llamada duró apenas cuatro minutos. Cuatro minutos que me dejaron totalmente confundido y nervioso.
Intenté volverme a dormir pero el miedo de tener ese sueño tan extraño y excitante; más lo alarmante del final de esa llamada “fíjese bien a su alrededor” no me ayudaba para poder descansar. Entonces me levanté lentamente y vi que ya eran casi las 4:00 a.m. una hora antes de mi hora normal de amanecer y me encaminé al baño para ducharme, y alistarme para la reunión con mi editor.
Salí del baño con el pelo húmedo todavía y el cepillo de dientes en la boca, mientras iba dejando un camino de agua por donde iba pasando. Me asomé por la ventana como solía hacer todas las mañanas antes de ir a trabajar, cuando de repente oí un estruendo a la par mía.