La verdadera esencia
3:18 | Author: Pabs
Es verdad a veces uno olvida las cosas buenas de la vida.

Pensar en los problemas, en los malos recuerdos, en la gente que se va, en las cosas que no salen como uno quiere, en la soledad y en la tristeza.

A pesar de uno poder controlar al 99.9% las emociones, llega un momento que al tratar de retenerlas estás empujan fuertemente para romper ese "saco" o ese envoltorio que no las deja salir. La ráfaga de emociones o de cosas reprimidas intentan salir iracundamente hacia el exterior, generando pensamientos nocivos para los demás y para uno mismo.

La idea de la vida no es esa, y mucho menos es el sentirse mal.

Inevitable, lo es, no siempre se puede estar feliz o contento. No siempre se puede tener una sonrisa en la boca, o estar cantando.

Pero tampoco uno se puede fijar en las cosas negativas que existen alrededor.

Mucha importancia a veces se les dan a los sueños, buscando símbolismos que en gran cantidad de ocasiones sólo terminan reflejando lo que uno quiere que reflejen, o lo que uno no quiere ver.

Pero en realidad los sueños son algo más que imágenes con secuencia y muchas veces con alguna trama retorcida. El hecho de las pesadillas, de los sueños no tan amenos, son para liberar aquellas cosas que durante las horas en las que uno permanece despierto lo afectaron de forma positiva o maligna.

¿A qué se debe todo esto?

Se debe a que un místico amigo llamado "Elendriel" me hizo recordar que hay que ver las cosas positivas.

Y tiene razón, poder despertar por las mañanas y ver el sol, o en su defecto las nubes grises, poder oler el rocío sobre las plantas, o sentir el viento que acaricia la piel, son cosas para sentirse vivo.

El dolor posterior a un fuerte ejercicio, la satisfacción de llenar el vientre con alimento, la alegria contagiosa de una potente carcajada, son sin duda motivos para regocijarse de la vida.

A pesar de que existen momentos de dolor, de angustias y penas, todas ellas duran el tiempo que uno las deje durar.

A veces somos ingratos con la existencia, no agradecemos por poder respirar, por poder estudiar o trabajar, por tener el privilegio de contar con esa persona especial a la que poder amar y dejar que nos ame, por tener una familia unida y comprensiva, y sobre todo somos crueles al no agradecer el poder sentir los sentimientos que nuestro corazón, alma o lo que sea que se encargue de ellos sienta.

Al final toda la vida es un recuerdo, buenos, malos, regulares y otro montón que ni siquiera son importantes.

Yo deseo ser un recuerdo duradero y positivo para aquellos con los que he tenido y tendré la oportunidad de compartir alguna clase de lazo.

Al final la vida es sólo un momento y no vale la pena echar todo por la borda a causa de malos recuerdos, agrios momentos, o funestos motivos.

Somos dueños de nuestra vida, decidir, hacer, vivir, amar. Es la verdadera esencia del ser humano.

Gracias a aquellos que estuvieron o estan en mi vida, y aún más gracias a aquellos que tienen tiempo para darme una mano, o en su más certera realidad una oreja y varias palabras  ;o)

*No hay realidad que exista, sin que antes no hayamos dejado existir a nuestra realidad.