Ámbar (I Parte)
23:15 | Author: Pabs
La observé por última vez y la vi riendo.
Entre esas antiguas sábanas blancas, en ese momento no tan blancas. Mientras me volteaba a ver con una sonrisa macabra en su mirada.
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Desnuda y a la vez cubierta. Debía tener alrededor de unos 35 años, blanca, delgada, cabello oscuro y de un porte real, que en ese momento le confería un aire de princesa nocturna sobre las blancas sábanas.
Noté como sus piernas relucían sedosas al reflejar la luna de esa noche fría. Vi sus muslos y su entrepierna. Los primeros bien formados y ejercitados con el punto perfecto entre esbeltez y fuerza. Lo segundo fue lo que más me excito, un cáliz dispuesto a recibir todos mis encantos y masculinidad.
Sus pechos me seducían como seduce lo dulce a las hormigas. Veía como se mantenían firmes cuando ella hablaba, no muy grandes y no muy pequeños. Sólo del tamaño perfecto para poderlos acariciar entre mis manos.
Me le acerqué desnudándome nerviosamente poco a poco, pero sabiéndola seducir con mi físico bien esculpido, y viéndola directamente a sus ojos verdes, obligándola que a su vez ella viera mis ojos negros.
Vi como posaba su atenta mirada cuando me despoje de mi ropa más íntima, y pude notar su divertida mirada de travesura.
No lo pensé dos veces, si ella me seducía, yo iba a aceptar la seducción. Y me pose sobre ella acariciándola con el dorso de mis manos, de una forma casi más amorosa, que apasionada. Fui recorriendo su cuerpo, sentí su cabello negro y largo entre mis dedos, sentí su cara suave y tersa, seguí con su cuello hasta llegar a sus senos, ahí me detuve un breve momento mientras la oía gozar de la experiencia. Iba a seguir bajando cuando me poseyeron unas ganas inmensas de saborear su piel además de sentirla.
Decidí que comenzaría con sus manos, pero justo en el momento en que pose su dedo índice en mis labios sentí un sabor a óxido o mejor dicho a hierro. Entonces le preste más atención a sus manos y lo que descubrí casi me deja sin aliento.
Sus largas uñas estaban llenas de sangre, pero también lo estaban sus manos. Di un salto y me aparté rápidamente de ella, pero no lo suficiente para detener el beso que ella me dio en el cuello. En ese momento lo sentí, había estado tan excitado oyéndola gemir, que no note que sus uñas arañaban y rasgaban de forma delicada la piel de mi espalda. Lo extraño de la situación me lleno de un ardiente deseo renovado por tomarla ahí mismo, tal vez fuera por el fetiche de ver la sangre o sencillamente que no podía resistir esos ojos verdes.
Me acomodé y nos unimos entre gemidos de placer y suaves gritos de dolor. Ella fue mía y yo de ella en ese momento, moviéndonos como uno sólo, y notando la sangre que ahora también bajaba de mi pecho y que bajaba justo a su entrepierna, lo cual me aumentaba radicalmente el placer, viendo mi líquido vital en su zona más íntima, y pintando mi hombría de color escarlata.
Aumentamos la velocidad hasta acercarnos poco a poco al frenético orgasmo que deseábamos. Y justo en ese momento, cuando yo sentía ya dentro mío una explosión de estrellas, que me besó como una fiera en la boca. Esto me hizo sentir el éxtasis más grande que en mi vida había sentido, quede teñido por la sangre, cansado por el esfuerzo, débil por el orgasmo; y justo hasta ese momento note que también quede muerto ya que de mis heridas no brotaba más sangre, toda la tenía ella entre sus piernas, entre sus labios, sobre su cara, en sus pechos, y hasta en las sábanas blancas donde estaba muriendo.
La observé por última vez y la vi riendo.
Entre esas antiguas sábanas blancas, en ese momento no tan blancas. Mientras me volteaba a ver con una sonrisa macabra en su mirada.
Justo en ese momento me dijo me llamo Ámbar ...
El resto no lo pude oír sólo cerré por última vez mis ojos, y me trasladé a quien sabe que otra dimensión lejana.
Locura!!!
16:17 | Author: Pabs
Es vital en este mundo de tanto diario ajetreo, hacer un alto y ponerse a pensar en lo que ha sucedido, lo que hacemos, y lo que vayamos a hacer.
En estos tiempos el peor enemigo de uno, no es otro que uno mismo. Por eso debemos conocer nuestra propia locura, límites, capacidades, debilidades y demás cosas que sólo se pueden explorar adentrándose en uno mismo, a su misma vez exponiéndose ante la vida; buscando retos nuevos y que día con día se logre transformar los sentimientos compartidos durante algún lapso, en algo menos efímero que un recuerdo y menos longevo que un tatuaje.
Por esta razón expreso mi locura, de forma escrita, de forma oral, de forma musical, de forma gráfica, de forma digital. Lo que en realidad importa es no quedarse dentro de ese muro de cristal tan frágil pero a la vez tan fuerte. Dentro de esa irrealidad propensa a resquebrajarse en cualquier momento.
De ahí que todo lo habido y por haber se puede transformar en algo menos perecedero, para guardar así aquellas cosas que nos gustan, nos disgustan, aquellas cosas que hemos amado, y las que también hemos odiado.
Por eso cada artista, cada genio, cada gran pensador; lleva un aún más grande loco en su interior!!!
Debido a esto expreso humildemente mi locura, para conocerme a mi mismo y guardar aquellos momentos que me han hecho ser quien soy.
Por esa misma locura soy Pabs, hijo de Saturno, hijo del tiempo.